MI AVENTURA DE SER MAESTRO

Ser profesor fue mi gran ilusión, errores hubo tantas, corregí tantas veces como me fue posible hasta liberarme de esa presión, hoy soy libre y seguro de mi mismo, he aprendido que el aprendizaje es continuo, hay muchas cosas por aprender y ser mejor.
Entiendo por experiencia, el aprendizaje es mutuo, aprendo del estudiante y ellos aprenden de mí.
Ser humanitario, es mi sentir, comparto mis experiencias al máximo con mis alumnos, ambos descubrimos nuevas inquietudes de lo queremos ser y hacer.
La vida como docente es de desafío, de reflexión, en la búsqueda de nuevas alternativas de plantear nuestras sesiones de clases.
Entre las reflexiones que abordamos en los alumnos es visualizar la problemática de nuestro país, hacemos ver que somos parte de ella, y el objetivo que deseamos cumplir con su formación.
Para construir todo un proceso de formación se requiere de voluntad propia, y amor a sí mismo es lo que trasmito a mis estudiantes.
Como docente debo crear siempre un estado de armonía, de confiabilidad, convertirme en un tutor, amigo, para moldear hacia un mejor aprendizaje significativo con las diferentes formas recreativas de la enseñanza.
He aprendido que para enseñar no hay límite de tiempo, soy docente de tiempo completo, amable, respetuoso, atento en situaciones requeridas.
La expresión en las diferentes formas de comunicación de los alumnos son la base para conocer el clima que persiste en el grupo, “saber entender es saber conducir”, es decir me da la pauta para decidir que hacer.
En las sesiones de la actividad docente se crean reglas de orden o disciplina, todos trabajan, todos participan, además se aplican valores conductuales.
En cual quier actividad sea dentro de las aulas o fuera (practica) se delimitan funciones, responsabilidad, hay negociaciones laborales y evaluación.
El conocer a nuestros alumnos, el grado de nivel académico es bueno, me da la pauta a seguir en la formación del alumno.
Soy docente, y estoy satisfecho de mis logros y mis objetivos.